En esta ponencia se pretende documentar un proceso de mediación urbana y simbólica entre habitantes de la metrópoli tapatía, en las que participan agrupaciones como los escritores de graffiti, los colonos, las autoridades en sus diferentes niveles y poderes, principalmente desde la revisión hemerográfica del periódico Mural. Se sostiene que desde la emergencia del graffiti neoyorquino en Guadalajara se creó un circuito comunicativo con la ciudad como soporte. Mediante un largo proceso de mediación en ocasiones de consenso y en otras de conflicto, se logró otro circuito de producción artística pública una desde el marco institucional y otra desde el comercial: el del arte urbano.